Land-Dweller 36

Los engastadores, al igual que los escultores, modelan los metales preciosos para preparar el espacio donde alojarán perfectamente cada piedra preciosa de forma manual. Con el arte y savoir‑faire de los joyeros, cada piedra se alinea meticulosamente hasta engastarla de forma segura en el oro o en el platino. Además de la calidad intrínseca de las piedras, otros factores contribuyen a la belleza del engaste de piedras de Rolex: la alineación precisa del tamaño de las piedras, su orientación y posición, la regularidad, la solidez y las proporciones del engaste, así como el acabado del trabajo en metal. Una combinación mágica de luces que embellece el reloj y hechiza a quien lo lleva.

Esta esfera azul glaciar, un color reservado a los relojes elaborados en platino, luce un motivo «nido de abeja» con acabado tipo sol. Se lleva a cabo con ayuda de técnicas tradicionales o de alta tecnología, todas ellas realizadas de forma interna. Para recortar las celdillas y crear las estrías de las ranuras que las separan, se utiliza un láser de femtosegundo. La esfera está engastada de 10 diamantes talla para marcar las horas.

Escaso y precioso, el platino sorprende por su blancura plateada y su vibrante luminosidad. Es uno de los metales más densos y más pesados del mundo, y se distingue por propiedades químicas y físicas únicas, como su excepcional resistencia a la corrosión. Paradójicamente, también es elástico y sumamente maleable, por lo que su manufactura y pulido son especialmente difíciles y exigen una gran habilidad. Rolex emplea platino 950, una aleación compuesta por 950 ‰ (milésimas) de platino, meticulosamente preparada en nuestros talleres por los excelentes artesanos metalúrgicos de Rolex. El más noble de los metales para el más prestigioso de los relojes.